sábado, 5 de julio de 2014

La educación en el futuro con Internet

La educación en el futuro con Internet


En la educación del futuro, la conexión a internet será la gran protagonista. Habrá medidas de seguridad para que los menores naveguen sin peligro. Los libros digitales se habrán convertido en redes sociales cerradas al grupo clase, donde aparecerán los elementos del currículum: contenidos, objetivos, metodología, competencias, evaluación… Las tablets de los alumnos serán de plástico flexible, resistentes al agua, y muy ligeras. Habrá actividades en las cuales nuestros alumnos trabajen de modo colaborativo con otros colegios y con otros alumnos a los cuales no conocen. Los contenidos los buscará el alumno de entre una serie de contenidos previamente seleccionados por el profesor o/y proporcionados por las editoriales en los libros digitales.


Sin embargo, Internet ha llegado para cambiar nuestras vidas. Creo que Youtube, el sitio de videos más popular del mundo, por ejemplo, está promoviendo transformaciones educativas bastante profundas y, al igual que Mike y la gente de PBS Idea Channel, creo que nos está haciendo más inteligentes. Por supuesto, no todos los videos en Youtube tienen loables objetivos educativos. La gran mayoría sólo es entretenimiento para las masas (a veces bastante incomprensible)... sin embargo, poco a poco, la educación se ha estado colando de forma bastante efectiva, ya que este nuevo medio tiene enormes ventajas respecto a la radio o la televisión:

1. Accesibilidad. Cualquier persona, en cualquier parte del mundo, puede acceder a los videos de las clases de los mejores profesores en las mejores instituciones educativas del mundo. Es verdad que se necesita conexión a Internet, pero esta barrera es infinitamente más baja que ser aceptado en el MIT o en Stanford.

2. Ritmo personalizado. Se puede acceder al material audiovisual en cualquier momento, de forma fácil y rápida, adaptándose perfectamente a cualquier horario (muy útil en caso de que seas noctámbulo). También es posible reproducir videos cuantas veces sea necesario e incluso pausarlos y verlos más tarde.

3. Contenidos personalizados. No todos tienen por qué aprender las mismas cosas. Cada quien, dependiendo de sus intereses y necesidades, puede disfrutar de la pintura, la geografía, las matemáticas o la química. Incluso puedes aprender a reparar tu control remoto o hacer una parrilla-horno.

4. Ambientes colaborativos. Existen comunidades gigantescas de usuarios que comentan y añaden profundidad a los contenidos. Incluso ayudan a otros usuarios a comprender.



La personalización de la educación será real, habrá varios caminos diferentes para alcanzar los objetivos curriculares planteados. Se podrán desarrollar las diferentes inteligencias, potenciar las competencias más destacadas del alumno para suplir sus carencias. Las pruebas, los exámenes y otro tipo de evaluación estarán inmersos en la plataforma o red social utilizada. Las pruebas estarán organizadas en niveles a modo de juego en donde se irán superando niveles. 



El proceso de enseñanza aprendizaje se autoevaluará con la obtención de estos y otros datos. El docente no tendrá que realizar el arduo y repetitivo trabajo de corregir, esto lo hará automáticamente la plataforma, y el profesor extraerá conclusiones de la información recibida. Los alumnos y sus familias serán conocedores en todo momento de la evolución de sus hijos: pruebas superadas, valoración de los deberes, etc, mediante la evaluación automática que hará la plataforma y las observaciones del docente.  Las tutorías serán online o presenciales a elección de las familias. Los alumnos ausentes podrán seguir la clase online. Habrá salidas extraescolares diarias, virtuales en plataformas 3D, a museos, conciertos, iglesias, fábricas… Las facultades ofrecerán cursos online, redes sociales, PLE, MOOC y surgirán otras plataformas de investigación y colaboración donde los conocimientos memorizados y adquiridos serán valorados en cuanto a su uso. 
La creatividad y la originalidad serán las protagonistas. La distancia se acortará y el tiempo se flexibilizará. Todo lo anterior no excluye las excursiones no virtuales, los libros, las relaciones con los amigos y el trato humano que debemos de cuidar y mantener.







La transmisión del conocimiento ha dejado de ser un problema.
En la época de la Internet ubicua, los teléfonos inteligentes y las tabletas electrónicas, "la transmisión del conocimiento ya no necesita estar atado a un campus universitario".

Las posibilidades técnicas de la computación en la nube (cloud computing), los libros de texto digitales, la conectividad móvil, el vídeo transmitido por Internet a alta validad, así como recopilar información al instante han concentrado enormes cantidades de conocimiento en la Red.

Estos y otros avances, así como las redes móviles y el éxito de los dispositivos portátiles con acceso a los mismos servicios en línea obligan a "revisar la misión de la universidad moderna y su papel dentro de la sociedad en red". 

Los usos y costumbres cambian con mayor rapidez que las formalidades administrativas.






El futuro de nuestros hijos en Internet



Tenemos la suerte de ser pioneros. A los padres y madres de este comienzo de siglo nos ha tocado vivir y educar en una época en la que el entorno se está modificando de forma apreciable a gran velocidad.
Tenemos la impresión de que muchas de las fronteras que hasta hace muy poco eran diáfanas, ahora mismo parecen difuminarse, lo que añade más inquietud. Los límites entre trabajo y ocio, productor y consumidor, virtual y real, público y privado, lícito e ilícito o infancia y madurez parecen venirse abajo con la aparición de Internet, lo que añade más incertidumbre.


No tenemos ninguna duda de que la calidad de la sociedad venidera tendrá mucho que ver con el uso que hagan los niños y niñas actuales de todas estas tecnologías de la información, la comunicación y el entretenimiento. Para conseguir que nuestros hijos e hijas hagan un uso seguro, responsable y saludable de ellas es preciso que tengan una sólida formación en valores y unos educadores que compartan con ellos espacios y tiempos ante las pantallas. Solo de esta manera podremos afrontar con garantía de éxito los nuevos desafíos que se nos proponen.


Parece que todos estamos de acuerdo en que el uso de Internet por parte de los menores es algo inevitable, la propia sociedad en la que vivimos nos impone estas nuevas formas de comunicación si no queremos quedarnos aislados. Es más, el futuro social y profesional de los menores está estrechamente ligado a la gestión de su identidad virtual, de sus habilidades y destrezas con las TIC. Pero lo que sí son evitables son la multitud de riesgos a los que pueden quedar expuestos los menores si no regulamos el uso que hacen de la red.


En esta conferencia hemos podido explicar en qué consisten los principales riesgos que acechan a los menores en la Red, incidenciendo en que  hay menores víctimas y menores verdugos, en los riesgos derivados del uso y abuso de las Redes Sociales y de programas de mensajería instantánea como Whatsapp, Line o Telegram, en qué es un groomer y cómo actúa en Internet, en qué consisten peligros como el ciberbullying, sexting o hacking, tan frecuentes entre menores y cómo estar prevenidos ante ellos tanto padres, como educadores y por supuesto, los propios menores, ya que pensamos que su seguridad comienza en ellos mismos, en que sepan los peligros de la Red, cómo detectarlos y cómo reaccionar de forma adecuada.


Uno de los asistentes nos preguntó: "¿Cómo le explicas a tu hija que tiene que mentir en su edad para crearse un perfil en facebook?". Esta pregunta se la han podido plantear muchos padres en el momento de dar de alta un perfil en Facebook por ejemplo, ya que la edad legal para que un menor pueda disponer de su imagen en la Red son los 14 años. De ahí que muchas Redes Sociales no permitan el acceso a menores de esa edad como medida de seguridad impuesta por los administradores de dichas Redes. No obstante parece insuficiente ya que los menores solo tienen que mentir en su edad verdadera y reflejar que han nacido varios años antes del año real.  Nuestra respuesta fue clara: La norma está para cumplirse aunque en algunos casos es un «pecado menor» saltársela ya que crear un perfil en una Red Social por un menor de entre 11 y 13 años puede ser la oportunidad perfecta para que los padres comencemos a supervisar los pasos de nuestros hijos en la Red. "Si le ayudas a tu hija a crear su perfil, estás abriendo la puerta a entrar juntos en ese mundo y a ser tú el que la guíe".




Por otra parte vemos necesario que se implante una verdadera conciencia de seguridad en Internet, para lo que sería de gran ayuda si el sistema educativo incorporase una asignatura, actividad, taller o como se quiera denominar, que enseñase a los menores a protegerse de los riesgos de Internet desde bien pequeños, al igual que se enseñan otras materias socio culturales, como la seguridad vial, etc.